Neumáticos
Las llantas del coche destacan en el diseño del vehículo, pero también son una de las partes que más sufren con la suciedad. Tierra, barro, polvo e incluso residuos de freno se adhieren fácilmente, afectando la estética y complicando la limpieza. Muchos conductores, después de un día de carretera o lluvia, encuentran difícil devolverles el brillo.
La buena noticia es que existen técnicas simples y eficaces para que la limpieza sea rápida y práctica. En esta guía descubrirás cómo limpiar llantas sucias de tierra y barro sin esfuerzo, qué productos utilizar y qué cuidados aplicar para mantener un acabado impecable.
A diferencia de otras partes del coche, las llantas están en contacto constante con el suelo. Por eso, reciben polvo, lodo, piedras y hasta residuos de la carretera. En días lluviosos, el barro se adhiere con más fuerza y al secarse forma una costra difícil de eliminar.
Además, el polvo de frenos se mezcla con la suciedad externa creando una capa resistente que, si no se limpia correctamente, puede dañar el acabado de la llanta.
1. Aplica un limpiador específico para llantas
Elige productos diseñados para llantas como Vexus o V-Mol Vonixx. Disuelven la suciedad pesada y el polvo de freno sin dañar el acabado.
2. Usa cepillos y pinceles de detalle
Con cepillos alargados y pinceles de cerdas suaves podrás alcanzar rincones, rayos y partes internas.
3. Agita suavemente el producto
Después de aplicar el limpiador, distribúyelo con movimientos suaves para potenciar su acción química y facilitar la eliminación del barro seco.
4. Enjuaga abundantemente
Enjuaga bien para retirar el producto y los residuos desprendidos.
5. Seca y protege las llantas
Utiliza una toalla de microfibra y finaliza con un protector para llantas o neumáticos como Sinergy Wheel o Revox Vonixx. Esto crea una barrera contra nueva suciedad.
Las llantas sucias de tierra y barro son inevitables, pero con la técnica correcta se limpian fácilmente. Un proceso sencillo con productos adecuados y accesorios de detalle devuelve el brillo sin esfuerzo.
Además, con la prevención adecuada, las llantas se mantienen limpias por más tiempo, lo que preserva la estética del coche, aumenta su valor y protege los acabados.